Laguna de Miramar

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Maravilloso entorno natural, el más grande del estado de Chiapas, enclavada en la Reserva Integral de la Biósfera Montes Azules. Admire la exuberante flora y fauna de la región. Podrá ver la extensa naturaleza, paseos placenteros por la exuberante selva.

Las actividades que uno puede realizar son: visitas a cuevas, paseos en cayuco (canoa) por sus riveras para la observación de flora (selva alta siempre verde) y fauna (aves, cocodrilos, mono saraguato, mono araña, jaguar, etc.

Esta laguna es un verdadero paraíso con sus aguas transparentes y sus colores únicos, como el turquesa y esmeralda además de que cuenta con zonas arqueológicas de los mayas en sus orillas y en sus islas.

Este lugar se encuentra en los límites de la selva Lacandona y hay que caminar alrededor de dos horas para llegar, es un área protegida por los locales que viven cerca. Hace Millones de años era un cráter volcánico, ahora es un gran lago considerado como una de las más grandes extensiones de agua pura en México.

El nombre original de la laguna era Lago Lacam-tún, que significa Piedra Grande o Gran Peñón Rodeado de Agua. Se le llamó así por la isla del mismo nombre fundada por el grupo Lacandón Chol en el siglo XVI que la habitó hasta el siglo XVII. La isla tiene una extensión aproximada de 6,000 metros cuadrados. En ella hay aún estructuras arqueológicas.

La Laguna Miramar es como una isla de agua dentro de una densa selva húmeda. Éste es uno de los ecosistemas más diversos del planeta; en su interior uno experimenta esa rara ambigüedad de sentirse un ser extraño en un santuario de la naturaleza y al mismo tiempo parte integral de un todo armónico.Aquí, lejos de la cotidianidad, se estimulan todos los sentidos: es posible percibir colores brillantes, disfrutar aromas exóticos y escuchar los sonidos estremecedores de los monos saraguatos que habitan en los árboles.

Laguna Miramar, Reserva de la Biósfera Montes AzulesLa observación cuidadosa del entorno permite admirar las mil y una maneras en que los seres vivos se enfrentan al reto de la supervivencia: los enormes árboles que atrapan la luz y el agua y crean sombra para los otros organismos; plantas como las lianas y enredaderas que los usan como soportes y entretejen su existencia a la de ellos en busca de luz; orquídeas de colores y formas atrayentes para los insectos polinizadores; y bromelias que almacenan agua y se convierten en condominios aéreos para varias especies. En medio de tanta vida se regula el clima, se atenúa el impacto de la lluvia sobre el suelo y se produce oxígeno, en una actividad incesante de incontables microorganismos, plantas y animales.

Los árboles con grandes alturas de 30 a 50 m y diámetros de hasta un metro predominan en el paisaje. Así, nos topamos con ceibas, amates, guanacastles, el súchil, la caoba y el palo mulato. En muchos de ellos se observan los típicos contrafuertes que les permiten agarrarse al suelo.

En la selva hay dos factores por los que todos los seres vivos compiten: la luz y el agua. El verde oscuro brillante que domina el panorama es característico de las hojas que se extienden a veces más de un metro de longitud para atrapar la poca luz que dejan pasar las copas de los árboles o lo que llamamos el dosel de la selva. Muchas poseen extremos puntiagudos que favorecen el goteo de la humedad que recolectan.

En la parte baja, el sotobosque, predominan las palmas, los helechos, diversas hierbas y plantas rastreras: es el sitio de la penumbra. Ahí llega sólo del 1 al 3% de la luz; alrededor de las cuatro de la tarde parece que ya es de noche. Esto crea un ambiente muy especial en el cual sobreviven organismos que han desarrollado ciertas estrategias.

Laguna Miramar, Reserva de la Biósfera Montes AzulesLa diversidad de animales es enorme: colibríes dispersores de polen; mariposas, tucanes, loros y guacamayas que muestran vistosos coloridos; el águila arpía que hace presa de los monos araña, los saraguatos y los osos hormigueros; jaguares, ocelotes y tapires que sigilosamente recorren la selva; peces y aves acuáticas; numerosos insectos y reptiles, entre muchos otros.

La selva cuenta con una riqueza genética de gran importancia y puede ser fuente proveedora de fármacos, árboles maderables, semillas y aromas atrayentes que son parte de nuestra alimentación, como la vainilla.

Así, al caminar por esta selva, se puede apreciar formas, colores, aromas, sonidos y formidables interacciones que en otro tiempo acogieron a sus antiguos pobladores. Al amanecer el espectáculo es impresionante: los rayos del Sol tras las nubes que envuelven la cumbre de las montañas en torno a la laguna crean un panorama difícil de describir.

De esta manera el visitante puede transportarse, en lanchas de remo para dirigirse al otro extremo de la laguna Miramar. Aunque el esfuerzo y el tiempo requerido para cruzarla, es mayor que si se utilizaran lanchas de motor, se ha planteado que es la mejor manera de recorrerla para evitar que sea perturbado el maravilloso ambiente sonoro.

Lo que conduce a la mayor isla dentro de la laguna. Se llama Lacam-Tun, que significa “piedra grande”. De aquí deriva el nombre con el que hoy conocemos a esta selva. El lugar se nos presenta como un maravilloso oasis verde en medio de aguas transparentes.

El lugar es idílico, de verdad que viendo lugares como este podemos afirmar que aún existen paraísos por el mundo que el hombre no ha modificado, y este es uno de ellos, un estupendo lago de aguas templadas, en un ambiente virgen, solo perturbado por los aullidos de los "" monos aulladores"".

El poder de regeneración de la selva ha cubierto vestigios de construcciones mayas en cientos de zonas del sureste del país que poco a poco se han ido descubriendo y restaurando para el conocimiento de todos. Tal es el caso de Bonampak y Yaxchilán, inaccesibles para el turismo hace sólo unos meses y que hoy podemos visitar por carretera. Pero aún existe en medio de la selva una gran riqueza arqueológica por investigar.

Localización, desde San Cristóbal de las Casas hay que tomar la carretera federal núm. 190 hacia el sur, y tras recorrer 108 km encontrará una desviación, a la izquierda, en dirección a Emiliano Zapata.

Una vez allí tome la carretera de terracería rumbo a San Quintín, en plena Reserva de la Biosfera Montes Azules, donde se halla la laguna Miramar, cuya ubicación geográfica, clima y variedades bióticas hacen del lugar un sitio privilegiado.

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